“Sueños postergados dieron la base para un comienzo. Por qué no? era una pregunta tan repetida como motivadora. Completando ciclos maternales, docentes, laborales… por fin llegó el momento de lo personal y único. Con buenas amigas que pintan logramos encuentros enriquecedores que permiten descubrir siempre un nuevo punto de vista de lo que se quiere expresar. En definitiva… la belleza que nos llega y se proyecta hacia otros ojos y alcanza a otro espíritu, copiando tal vez a la naturaleza…con el acento de lo propio. En Temperley, donde viví casi toda mi vida, puedo decir que es una de las etapas más felices y doy gracias a todos los que me acompañaron y me acompañan.”